¿Que pasa cuando tu
compañero de piso en el cual habías instaurado un respeto y un alto
grado de confianza empieza a comportarse como un capullo? Que te dan
ganas de pegarle. Pero más ganas te dan cuando empieza a haber malos
rollos entre compañeros de piso, ya que aunque tu no estés involucrado
siempre acabas sufriendo daños colaterales, por que coño, vivís en
la misma casa.
Este empieza a
comportarse de la forma más infantil que te puedas imaginar, no
pensabas que se podía llegar a tal nivel, todo por intentar joder a
la otra persona, la cual se lo toma con paciencia y eso le da más
rabia. Como un auténtico niño. Lo peor es cuando nos vamos de
vacaciones fuera de la ciudad y en ese preciso momento, el día antes
de coger el tren, te dice que se va del piso y que después de
vacaciones ya no estará. Te lo dice a ti, con quien no se lleva mal,
por que a la otra persona no le habla. Hay que cambiar el nombre de
facturas, cuentas y lo mejor de todo es que estoy fuera de la ciudad
y tengo que buscar un compañero de piso para menos de tres meses que
quedan, porque él se va. Te deja con todo el marrón desde la
distancia y no ayuda en nada porque “Ya tiene suficiente con
buscarse él un piso nuevo”. Pero lo peor de todo es cuando tengo
que pagar 150 euros más este mes y quien sabe si el mes siguiente,
tengo que pedir dinero porque no tengo para pagar el piso y la
universidad y tiene el valor de decirte a la cara “Siento que hayas
salido mal parado de esta”. Ahí es cuando quieres darle una buena
bofetada y decirle “Una hostia bien dada a tiempo y se te quita
toda la tontería, coño”.
La opinión de esta frase
no la comparto, pero siempre me ha gustado decirla. Lo que si que voy
a compartir con vosotros es que a partir de ahora, para quien quiera,
mi cuerpo está en venta, tomo la tradición del barrio donde vivo. Necesito dinero, y si alguien quiere un piso céntrico en
Barcelona, mi numero es 636*****. Con completo incluido.
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