lunes, 22 de abril de 2013

Teoría de la fuente de la juventud.

Más que una teoría, es un hecho, pero creo que ese título vende más. Mi generación, aunque creo que sólo se aplica a la perteneciente a mi ciudad natal, o más bien, sólo al instituto donde estudié, aparenta ser bastante más joven. Este hecho se constató cuando en primero de bachiller hicimos un viaje a un pueblo cercano a Barcelona, ahí nos reunimos con nuestro mismo curso de ese instituto y todos, absolutamente todos, parecíamos una panda de niños, físicamente, al lado de los catalanes. Era hasta vergonzoso. En Valencia, comparándonos con otros institutos creo que también parecíamos menores, aunque no era tan descarado como con los de la comunidad colindante, ojalá tuviese alguna foto.
La gran mayoría de mis compañeros han ido cambiando físicamente, pero yo, por gracia o por desgracia, continúo pareciendo un crío, sobretodo cuando voy afeitado. Esto me ha perseguido todo mi vida, supongo que en un futuro será para bien, pero de momento es bastante incómodo. Incómodo al nivel de ir al mercadona a comprar coñac para cocinar y que me pidan el dni, entregárselo y que me acusen de que es falso o que tengan que repetir la resta de los años por que no se creen el resultado. Es humillante. O al ir de fiesta con algún menor de edad en el grupo, hacer que se ponga detrás tuyo, para ver si así no le piden el dni y que te lo pidan a ti y a él no, o entrar un grupo de 10 en una discoteca y que me paren únicamente a mi. También están las clases de la universidad, este año, siendo de tercero, por cosas de convalidaciones, tengo que ir a asignaturas que se imparten en clases de primero, en las cuales la gente sigue pareciendo mayor que yo. Y luego está el ir a clases de tercero o cuarto y sentirme como un niño. Veremos a  ver cuanto dura esta supuesta juventud. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario