Esta mañana estaba yo relajadamente espatarrado, combatiendo el calor y la humedad, hasta que algo, o mejor dicho, alguien me ha despertado de mi vagancia matutina. Yo siempre he dicho que me gusta hablar con desconocidos, ya sea de fiesta, tomando un café o donde es más fácil, internet, pero lo de hoy ha sido hasta raro para mi. A eso de las once me dio por mirar el móvil, y tenía un guasap de un número desconocido, al principio pensaba que sería alguien de mi lista de contactos, por que ayer por arte de magia no me aparecían los nombres en el whatsapp y hoy continúa así. Al leer un "Ola", pensé que sería una de mis primas queriendo conversación, pero por si acaso fui a comprobar sus números, parecía que no era alguien conocido. Y empezó la conversación:
¿Qué cojones? ¿En serio? ¿La gente se dedica ahora a hacer esto? Ir poniendo números a ver si le toca la lotería, y si cuela cuela y si no, se la pela literalmente. La gente no deja de sorprenderme, pero bueno, al menos el tipo me entretuvo un rato, ya que no duró mucho más la conversación con Marcos.
Supongo que después de esto pondría otro número y vería a ver que sucede, suerte Marcos. Aunque sigue siendo bastante sospechoso para mi, porque que coincidencia que Marcos, también de Valencia y gay/bi me haya encontrado. Por que la idea de que vaya probando todos los números posibles a ver si da en el clavo me perturba demasiado, además, su primer mensaje es a las 8:26 de la mañana. ¿Habría estado Marcos enviando mensajes desde que se despertó a todos los números? ¿Llevaría la noche en vela intentando ligar así? ¿Ocurrió lo mismo en Marte?
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